domingo, 1 de abril de 2007

La coalición abertzale

Diario de Navarra 2007/03/31

“¿Cómo pueden extrañarse de que tantos navarros, incluso muchos que no comulgamos con UPN, estemos espantados ante la posibilidad de que entren en el Gobierno foral y el Ayuntamiento de Pamplona quienes consideran que no rechazar o -dejémonos de milongas- apoyar el terrorismo no puede impedir la unidad abertzale? ¿Es que ser nacionalista es más importante que ser demócrata?”
Iñaki Iriarte López es Profesor Titular de la Universidad del País Vasco

La coalición abertzale

HACE poco más de una semana se hizo público el acuerdo firmado entre Batasuna, Eusko Alkartasuna y Abertzaleen Batasuna para concurrir juntos en las próximas elecciones legislativas francesas. Sólo el Partido Nacionalista Vasco ha tenido el sentido común de rechazar la integración en ese frente único abertzale, que se llamará Euskal Herria Bai.

La noticia no ha despertado demasiado interés en una opinión pública que, con razón, empieza a estar muy harta de nuestra enrarecida vida política, pero no cabe duda de que se trata de un acuerdo muy alarmante. Eusko Alkartasuna, partido que forma parte del Gobierno Vasco y componente esencial de la coalición Nafarroa Bai, ha evidenciado que a su entender la condición de abertzale está por encima del rechazo a la violencia y el respeto por la vida. Al sur de la muga a sus militantes ni se les pasaría por la cabeza coaligarse con UPN e incluso el PSN, ni siquiera en el último pueblo de Navarra, dado que ambas fuerzas no son nacionalistas. Pero, en cambio, consideran completamente natural y acertado hacerlo al otro lado de los Pirineos en nada menos que unas elecciones legislativas con Batasuna. Que esta organización se niegue a condenar los asesinatos, secuestros, amenazas, robos, chantajes y ataques de kale borroka no les ha debido parecer un obstáculo relevante para compartir con ella candidatos, programa, mítines, carteles, etc.

Es verdad que Batasuna no está ilegalizada en Francia (algo que, por cierto, dice mucho acerca de la torpeza que supuso no haber consensuado la Ley de Partidos con nuestros vecinos y mejores aliados), pero también lo es que para que este acuerdo de coalición se haya firmado ha sido forzosamente necesaria la aprobación de la ejecutiva nacional de EA y de la de Batasuna. La misma Batasuna que si mañana se detiene a los asesinos de las dos personas muertas en Barajas hace sólo unos meses se movilizará contra los arrestos y los calificará de «acto de guerra»; la misma Batasuna que cuando el condenado por la muerte del niño de dos años Fabio Moreno salga de prisión le bailará un aurresku de homenaje. La misma que si ETA vuelve a atentar y le mata a usted, lector, que está leyendo este artículo, se sentirá incapaz de emitir una condena y, asegurando que lo siente mucho, se lavará las manos mientras pregunta «¿qué es la Justicia?».

No ignoro que EA ha condenado repetidamente a ETA. Ni que ha sido acusado en muchas ocasiones de «español» en las pintadas ordenadas por el nacionalismo radical. Tengo también presente que Pello Monteano, militante de ese partido, dimitió dignamente de su puesto de alcalde de Villava por no tener que apoyarse en quienes callaban ante los asesinatos. Pero, precisamente por ello, no consigo entender por qué ahora este mismo partido está dispuesto a coaligarse con Batasuna. ¿Cómo pueden extrañarse de que tantos navarros, incluso muchos que no comulgamos con UPN, estemos espantados ante la posibilidad de que entren en el Gobierno foral y el Ayuntamiento de Pamplona quienes consideran que no rechazar o -dejémonos de milongas- apoyar el terrorismo no puede impedir la unidad abertzale? ¿Es que ser nacionalista es más importante que ser demócrata?

Hay algo que los partidos constitucionalistas deberían aprender de la estrategia frentista adoptada por el partido de Begoña Errazti y, más en extenso, por todo el nacionalismo vasco en Navarra. Demócrata-cristianos, social-demócratas, troskystas y leninistas son capaces de aparcar sus diferencias en favor del proyecto común de una Navarra integrada en una nación vasca independiente. ¿Por qué UPN, CDN y PSN no pueden hacer lo mismo en base a su misma apuesta por una Navarra abierta, plural, autónoma y solidaria con el resto de España?

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