jueves, 21 de junio de 2007

¿Gobierno en Solitario PSN-IU?

Diario de Navarra 2007/06/21

“La lógica hacía pensar que, dada la trascendencia de su decisión para Navarra, el candidato socialista mostraría sus cartas inmediatamente y con toda franqueza, desmintiendo, así, a quienes acusaban a los socialistas de traficar con el futuro de esta comunidad”
Iñaki Iriarte López

¿Gobierno en Solitario PSN-IU?

CUANDO tras las elecciones, el PSOE declaró que la política de pactos de su filial en Navarra sería decidida por ella misma y no desde Madrid, muchos -con notable candidez- dimos por supuesto que ello beneficiaba bien a que se permitiera a los regionalistas de UPN y CDN gobernar en minoría, bien a un gobierno de coalición social-regionalista. Pensamos que, acaso, en Madrid, la hipótesis de formar un gobierno con los nacionalistas no les parecería tan descabellada -puesto que al fin y al cabo, ya lo habían hecho en Galicia, Cataluña y el propio País Vasco-, pero que, desde Navarra, los socialistas locales tendrían las cosas mucho más claras acerca de la amenaza que suponía la llegada de los anexionistas al poder.

Vana esperanza. De hecho, según se desprende de algunas declaraciones realizadas a lo largo de estas últimas semanas, en la Ejecutiva Federal del PSOE se habrían inclinado por dejar gobernar a UPN, mientras que, por increíble que parezca, la apuesta por desalojar a los regionalistas por medio de un pacto con Nabai habría calado entre los socialistas navarros.

Cándida se ha revelado también la predicción de que Puras despejaría la incógnita del próximo Gobierno Foral en muy breve tiempo. La lógica hacía pensar que, dada la trascendencia de su decisión para Navarra, el candidato socialista mostraría sus cartas inmediatamente y con toda franqueza, desmintiendo, así, a quienes acusaban a los socialistas de traficar con el futuro de esta comunidad. Pasadas más de tres semanas, el líder del socialismo navarro sigue dándose su tiempo, deshojando con parsimonia la margarita, incapaz de advertir cuánto perjudica a su partido su falta de claridad y resolución.

Bien es cierto que a estas alturas pocos mantenemos alguna esperanza de que la sensatez, la coherencia ideológica y el sentido de Estado prevalezcan en la decisión de Puras. Casi todo el mundo da por hecho una coalición contra natura con Nafarroa Bai. Atendiendo a las declaraciones recientemente realizadas por el Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aún cabría barajar otra posibilidad más: un gobierno de coalición en minoría PSOE-IU. ¿Descabellado? Sin duda. Pero también astuto, aparentemente astuto.

La jugada sería la siguiente: Puras se presentaría como candidato sin firmar ningún acuerdo, ni con nacionalistas, ni con regionalistas. De este modo, se realizaría el «cambio» que supuestamente han demandado los votantes. Y los nacionalistas se verían obligados a votar su investidura «gratis». Si no lo hicieran, por defecto estarían aupando a la Presidencia a su odiado Miguel Sanz. ¿Cómo se lo explicarían a sus votantes, sobre todo a los prestados por Batasuna? ¿Qué cómo gobernaría el PSN? Bueno: unos días se apoyaría en los votos de UPN para frenar toda propuesta que afectara a la identidad de Navarra. Y, otros días, recabaría el apoyo de los nacionalistas para las políticas sociales. Si desde NaBai optaran por vengarse votando en contra de dichas políticas, quedaría en evidencia que su progresismo es sólo teórico y que en el fondo únicamente les importa su patria imaginaria. Gracias a esto, el PSN podría llegar a unas futuras elecciones forales (presumiblemente, adelantadas) pudiendo aseverar bien alto que no ha jugado con la identidad ni el porvenir institucional de Navarra. Puras, en definitiva, aparecería como un hábil encantador de serpientes -el nacionalismo y el regionalismo-, capaz de hacerles oscilar a su voluntad de un lado para otro.

¿Ciencia ficción? Debería serlo. Porque la posibilidad de que quien ha sido condenado por los ciudadanos a una representación tan reducida en el Parlamento gobierne gracias a «mañas y furtos» resulta simplemente escandalosa. Más sensato sería convocar nuevas elecciones cuanto antes.

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